13 jun 2006

ABI: POETAS-SANTA CRUZ

En la plaza 24 de Septiembre de Santa Cruz se realizó un experimento poético

- ¿Le puedo leer un poema?, decían los poetas a los cruceños antes de leerles poesías a través de un hilo y dos vasitos.

Santa Cruz, 25 abr (ABI).- La lectura también se puede hacer en las calles. Este fin de semana, ocho poetas leyeron sus poemas en la plaza 24 de Septiembre de Santa Cruz a través de un cordel y dos auriculares rústicos como parte de un experimento para hallar nuevas formas de expresión de la poesía, más allá de su marco de escritura. El evento fue organizado por el Centro Simón I. Patiño de la capital cruceña.

El encuentro de poetas, pintores, músicos y narradores en el Centro Simón I. Patiño se realizó a fin de preparar la muestra de poesía contemporánea en la Feria del Libro de Santa Cruz, del 31 de mayo al 11 de junio de 2006, en el marco de la Campaña de Lectura 2006.

Entre los poetas seleccionados e invitados para la caprichosa interpretación poética en una de las esquinas de la plaza 24 de septiembre estaban Emma Villazón Richter, Homero Carvalho, Benjamín Chávez, Vadik Barrón, Francisco Azuela (México), Rafael Bautista y Juan Carlos Ramiro Quiroga.

Entre los artistas plásticos que participaron en la reunión de trabajo que duró tres días estaban presentes: Marcia Lozano (Brasil), Marcela Polischer(Argentina), Valia Carvalho (Bolivia), la narradora Blanca Elena Paz (Bolivia), y otros.

La tarde del viernes 21 de abril cuatro personas aparecieron en una esquina de la plaza 24 de Septiembre del primer anillo de Santa Cruz de la Sierra y comenzaron a leer poesías a la gente a través de un cordel y unos vasitos. La comunicación fue brevísima. Lo suficiente para lograr del oyente alguna sonrisa o algún suspiro.

¿Puede leerme más?, pidió una niña que estaba acompañada de su madre y el hombre le leyó un par de poemas más. Sólo decían que eran poetas y listo. Uno de ellos se acercó a otra persona y le dijo: ¿señorita, le puedo leer un poema? Y empezó a leerle a la muchacha unos versos a través de ese precario medio de comunicación.

La lectura de los poetas parecía un juego de niños y la gente miraba. Y los oyentes que participaban sonreían mientras se colocaban uno de los vasitos en el oído para que el poeta continuara con su lectura. Había otra persona que filmaba el experimento y una mujer que tomaba fotografías.

¿Pero quiénes eran estos poetas? En el primer grupo estaban la joven poeta cruceña Emma Villazón Richter, el poeta cruceño-orureño Benjamín Chávez y Juan Carlos Ramiro Quiroga.

En el segundo grupo se aparejaron los poetas paceños Rafael Bautista y Vadik Barrón, el narrador y poeta Homero Carvalho, y el barbado poeta mexicano Francisco Azuela, quienes hicieron lo mismo, con algunas variantes que sacaron chispas de azoro a los organizadores.

Francisco Azuela se acercó a una pareja de enamorados y le leyó a la muchacha un libro entero a través del cordel y los vasitos. Varias personas rodearon y escucharon al poeta mexicano. Hizo reír mucho, con sus dichos y sus hechos de poeta tradicional y lisonjero.

El trabajo

Durante el fin de semana, los poetas y los artistas plásticos bajo la batuta de los argentinos Marcelo Santorelli y Laura Martínez trataron de hallar un punto de acuerdo para elaborar una nueva forma de ver y oír la poesía en el contexto de la muestra de poesía contemporánea. Cosa que se vio dificultada por la resistencia de los poetas de abandonar sus criterios y cánones tradicionales.

¿Pura chiripa o suerte? La grabación de la lectura del poeta Rafael Bautista resultó como anillo al dedo. La referencia al vacío de su poema contrastó con la silla vacía que se proyectaba en la sala refrigerada del Simón I. Patiño. Lo mismo sucedió con la grabación de la lectura de Vadik Barrón, que tuvo el acompañamiento del acordeón de un músico austriaco.

No obstante, el resultado de la grabación no fue el esperado por la joven poeta cruceña Emma Villazón, quien exigió que se volviera a grabar su lectura ya que la representación de la ciudad, tema central de su poema, fue ahogado por los pelotazos, mapamundis de uno y otro participante.

A pesar de tales fricciones, el domingo 23 de abril a las 18.30 se logró culminar con la grabación en vivo de la lectura de los poetas que interactuaron con las instalaciones y las imágenes que previamente habían elegido Marcelo y Laura para provocar reacciones creativas.

Parte de dicho material sonoro y fílmico fue presentado el lunes 24 al alumnado de los colegios cruceños De la Sierra y Bellas Artes en una sesión de lectura en la planta baja del Centro Simón I. Patiño, donde participaron todos los poetas invitados, excepto Benjamín Chávez y Blanca Elena Paz.

Rdc / Dgav Agencia Boliviana de Información

LA OPINIÓN / RAMONA

El festejo de la palabra

Homero Carvalho Oliva
Desde Santa Cruz - homero@cotas.com.bo



Hasta hace unos años era un lugar común afirmar que al desmesurado desarrollo económico de Santa Cruz le faltaba un correlato cultural. La brecha, sin embargo, se ha ido cerrando y la capital cruceña se ha consolidado como la sede de festivales internacionales de música, teatro, cine y, ahora, de literatura, convirtiendo a estos eventos en fenómenos culturales de gran aceptación ciudadana.

La Feria Internacional del Libro ha llegado este año a su séptima versión y su éxito se lo puede comprobar con simples números: el año pasado se presentaron veinte nuevos títulos, ahora debutarán cuarenta obras de autores locales, nacionales y del extranjero. De igual manera se espera que se duplique el número de visitantes. Esta superación tiene, sin duda alguna y hay que decirlo, el nombre de su organizador, Peter Lewy, y de quienes integran la Cámara Departamental del Libro.

El espíritu de Reiche

El espíritu del poeta Raúl Otero Reiche, que hubiera cumplido cien años, parece que ha sido invocado en esta nueva versión de la fiesta de la palabra escrita y la poesía es una de las grandes protagonistas del festejo. La Feria se inició prácticamente el día lunes 29 de mayo con la inauguración de un encuentro poético, organizado por Gigia Talarico y Juan Murillo y auspiciado por la Fundación Patiño, en el que participaron poetas de Argentina (Roberto Alifano y Ana María Giles), Chile (Eduardo Llanos, Francisco Véjar y Luis Arias) y, por supuesto, Bolivia (Gabriel Chávez, Vilma Tapia, Gigia Talarico y Aníbal Crespo, Claudia Peña, Gary Daher, Gustavo Cárdenas y Homero Carvalho). Debate, diálogo y lectura de poesía marcaron las tres jornadas. Se habló del “ser poético”, de las traducciones, de la existencia de una poesía latinoamericana, de los ríos de palabras y del paso del tiempo desde “Babel hasta Ricouer”. Por supuesto -como debe ser-, lo mejor del encuentro se dio fuera de los salones de Patiño entre vinos y otras hierbas.

Durante la Feria el público podrá asistir, también, a una “Muestra Poética”, en la que las creaciones de nueve poetas seleccionados con anterioridad, serán fusionadas a otras disciplinas artísticas como las plásticas, audiovisuales y musicales. Algo de vanguardia concebido por Laura Martínez y Marcelo Santorelli. La poesía tomará otros rumbos y, por lo que sabemos, será una ocasión imperdible para compartir la maravilla misma.

Once días con sus noches

Obvio novio que habrá un homenaje a Raúl Otero en cuya evocación se leerán poemas, se interpretarán melodías y se recordará su obra. Yo que no sé ni silbar, disfrutaré escuchando cantar el taquirari “El trasnochador”. Pena que no esté con nosotros doña Gladis Moreno porque su interpretación nos hubiera llorar, conmovidos por tan prodigiosa voz. Cómo te extrañamos, querida Gladis.

En estos once días con sus noches hablaremos de cuentos, de novelas, de ensayos, de teatro, de poesía. Habrá adulos, críticas, halagos, denuestos y otras cosas peores, como sucede cada año por estas fechas. Seguramente que nos lanzaremos flores entre los amigos (yo te presento y tú me presentas) y dejaremos las espinas para los que nos malquieren, para los que nos odian, para decirlo sin eufemismos (a esa presentación no voy ni loco). Habrá de todo, pero las obras quedarán ahí, en los estantes, en las vitrinas, en las manos de los lectores y el tiempo, ese severo juez, que dirá, infaliblemente, si valió la pena escribirlas.

6 may 2006

TEXTO PUBLICADO EN EL CATÁLOGO-ANTOLOGÍA

por lo pronto este abrazo en forma de texto
DE VISITA CON EL SEÑOR K
Por Rafael Bautista S.

¿Un poema? Esa era una respuesta habitual (también de quienes leían). Aquello fue una sorpresa por triple partida: la gente, los plásticos ynosotros (los convocados). Los plásticos eran cuatro: Marcelo, Laura, Marcia y Marcela. Nosotros éramos erráticos y la extrañeza venía de nuestro lado; pero, como dice Don K (alias Juan Carlos Ramiro Quiroga), se pudo leer fuera del texto.

La propuesta de los plásticos era simple: sacar la poesía de su ámbito estrictamente textual. Al principio me pareció otra de esas extravagancias posmodernas que, de tanto probar con todo (como en el sexo), ya no les queda sino todo con probar; y tenían para su disfrute a unos incautos (como nosotros) que lo único que habían hecho era escribir poesía.

Pero la cosa devino en otra cosa (que era cosa porque era plástica, se hacía todo con ella). Y debo reconocer que de la extrañeza pasé a la expectativa: ¿haber qué más se les ocurre? Entonces la experiencia que me traje fue, en mi caso, grata, aunque no sé si eso estaba calculado.Fue grata por doble motivo, porque aparte de la experiencia que nos regalaron los plásticos (se que no les gustará pero no se cómo decirles),nos acompañó otra, la que propinaron los propios convocados, en paralelo, al evento. De allí podría haber salido un cuaderno de memorias, con un primer capítulo titulado: el día en que el poeta se puso triste, y un epílogo que narraría el abandono hecho espuma en las cabañas. Pero vayamos a lo que hemos venido.

Le doy la razón a Don K. La resistencia se atrincheró de estelado. Y quienes asistimos debíamos haber entendido de principio que nuestra aceptación otorgabales el derecho a ellos (los plásticos) de des-hacer lo que estaba hecho en el papel. Porque una vez que la hechura salió de nuestra "intimidad", pues tiene que enfrentarse solito al mundo (como un soldado);para eso uno lo viste y le da la bendición, para que se vaya al mundo y ya no dependa más de nuestras faldas.

Toda lectura es una interpretación y lo que estaban haciendo ellos era eso:una (más) lectura; y si encontraron que las nuestras podían decirse de otrosmodos pues estaban nada más que confirmando la trascendencia de sentidos que ofrece un texto. El alboroto era en parte ese, la sos-presa que arrebataba la "inmaculada intención" dizque poética; pero no es para exagerar, porqueal final los escribientes se dieron cuenta de que la poesía no es tan inmaculada ni tan sagrada como virgencita de pueblo. Pero el alboroto seguía porque, una vez entendida la cuestión, quienes nos quedamos a discutir el asunto, ya nos encarrilamos en la chingadera esa, de tan entusiasmados que estábamos porque la cosa nos abría otras posibilidades que ni se nos ocurrió en la madrugada (ni con copas).

Así que creo que la sos-presa les agarró luego a los plásticos (hasta ya nos tuteaban y nos mandaban a echarle la firma) porque ya no nos podían contener (eso pasa por ofrecerle juguete nuevo a un niño malcriado) y estábamos que la cargábamos con todo (hasta el Vadik se puso a salmodiar gregorianamente),hasta que se nos acabó la estadía.

Pero antes que se nos cayera el telón, me llevé lo que pude: el libro de Homero; estas líneas de Pancho Azuela: "son las cien de la tarde/hoy se reúnen todos los siglos de una sola vez"; las palabras de Anabel; la paciencia de Marcelo y Laura; ¿quién será esa mujer que mereció 1000 poemas?; las preguntas-globos de Emma; un insecto que motivó el encuentro casual de un acordeón y un orureño que resultó ser moscovita; la ausencia de algunos; los muchachos de "Bellas Artes" y "De la Sierra", que me hicieron buscar en la memoria el sentido de la poesía: la poesía es la bandera de un pueblo que se sueña digno (tal vez por eso el neoliberalismo produjo tan pésima poesía); y el volador que me devolvió un agosto cuando fui feliz.

Don K nos trajo, en su pesada maleta, el volador que habíamos perdido alláen lo alto del cielo. Y nos dio las pistas de cómo pasó todo aquello: "mientras el asombro de los flamencos/se recorta en los rojos ponientes". Su volador me hizo dar cuenta el por qué las azafatas son todas tan lindas: se trata del encanto que brinda la levedad. No se podría cantar mejor estas líneas sino plagiando su voz (la del Don K) de abuelo cansado que abandona el sueño para contar una historia a los nietos: "algunas pajitas envueltas con hilo de araña". Y, olvidándome de Santa Cruz (de sus deslumbrantes apariencias y luminarias que dan más sombra que luz), desde los aires, pensaba en los voladores que había hecho, que se me habían ido, que nunca me enseñaron el asombro porque nunca (recién ahora) supe que un volador se debía hacer "con el asombro de los flamencos".


Cerca de las 2 de la madrugada, después de la nacionalización
rafaelbautistas@gmail.com

23 abr 2006

Anabel Gutierrez

Nace en Tarija, 1978.


se caen las paredes de la casa
de mi nombre
las letras
del nombre
de mi casa

yo no tengo permiso
para hablar
por eso grito
hago gestos
actuó

soborno a las palabras:

les hago máscaras
las pintarrajeo
las disfrazo de monstruos
de guerreros de conductores
de trenes

les enseño a manejar armas
que yo nunca he visto
(no sé cómo se escriben)
las soborno
(las reto a formar balas
con frases de hierro
a que digan pólvora
y prendan fuego)

las obligo a matar
y no les permito
volver
a _mí
sin un cadáver

(tendremos que aprender a escribir muerto con otras letras
y a decir matar desde algún pasado asesino)

las palabras
regresan
con crímenes se consumados

pero los muertos
no-entienden-nuestro-idioma
y no mueren
y no mueren
y no muero

¿necesitamos una mano que traduzca?
¿una boca que bese?
¿una casa sin paredes?
¿un nombre incorruptible? ¿mudo? ¿sordo?

necesitamos deshacernos
comunicarnos desde una lengua extranjera


pero yo voy a seguir maquillando
voy a seguir desmintiendo
voy a seguir traicionando a mis palabras

y las otras

voy a seguir
porque no sé nada
y chillo

voy a seguir
porque he sabido todo
porque no sé nada

porque (re)conozco mi deber

porque debo destruir
completamente
el mundo

para
volver
a entrar
en él

22 abr 2006

Francisco Azuela

Nace en México, 1948. Realizó estudios superiores en las Universidades de Guanajuato, Iberoamericana, UNAM y Panamericana de la Ciudad de México, y en las Complutense de Madrid y Laval de Québec. Fue candidato de la Academia Hondureña de la Lengua al Premio Internacional de Literatura Cervantes (1981). Es autor de: El tren de fuego (México, 1993), La parole ardente (Francia, 1993), Son las cien de la tarde (México, 1996), entre otros. Fue Director de la Biblioteca del Honorable Congreso de la Cámara de Diputados del Estado de Guanajuato (1991-1997). También fue Director General y fundador del Centro Cultural Internacional El Cóndos de los Andes - Aguila Azteca, A.C., con sede en la ciudad de Cochabamba (Bolivia, 1999). Desde el 2001, radica en la ciudad de La Paz (Bolivia), donde se desempeña como Responsable del Centro Integrado de Documentación e Información del Instituto Internacional de Integración del Convenio Andrés Bello. En febrero de 2006, las Embajadas de Francia, Brasil, España y México en Bolivia, presentaron el CD-ROM "Le printemps des Poètes" (La primavera de los poetas), material editado en alemán, aymara, español, francés, inglés y portugués.







Al poeta Humberto Garza,
Amigo de la honda y profunda claridad.

La historia antigua es como un hilo,
se rompe, se quiebra y se consume.

¿En dónde están los rostros, las voces,
los mascarones de estuco ?

En estos siglos de silencio
se ha perdido el canto del colibrí.

Los mascarones están en Kalasasaya
y en el Palacio de Monte Albán,
los portones megalíticos,
gemelos,
los códices insepultos,
el recuerdo, los sueños,
los rumores, la luz,
la otra luz.

No se ha perdido la estrella que ilumina el alba,
ni el corazón del hombre
dibujado en la cordillera
con sus nieves en flor.

La tierra guarda sus secretos
y el humo de las palabras hace círculos en el horizonte.

Un cóndor,
una águila azteca,
el fuego consume la oscuridad.

Hablar a la sangre,
al pueblo indoamericano,
latinoamericano,
hispanoamericano,
al mundo prehispánico.
Hablarle a la otra sombra,
hoy es agosto para siempre,
para toda la vida,
los augurios,
ayer fue el eco,
el sonido se repite,
otra vez aparece el viento de la tarde,
esa delgada sombra con sus manos abiertas.

Otra vez el reflejo y el llanto,
una lágrima cae en el filo de la espada
como un remordimiento.

Pesa el pasado
y pesa la hora como un siglo de desdichas.

Vuelve a amanecer,
el tiempo trae nuevas auroras,
el canto del colibrí renace
y la estrella se oculta tras la colina.

Se oye de nuevo la voz antigua sin reclamos,
la alegría y la tristeza se armonizan,
el agua envenenada desaparece,
la tierra ha florecido de una manera diferente,
el águila azteca-zapoteca de Monte Albán y Teotihuacan
rompe los aires del espacio y del tiempo
y se encuentra con el cóndor en Tiwanaku
en un vuelo de luces sobre el arcoiris.



20 abr 2006

Rafael Bautista S.

Es escritor. Estudio música y filosofía. Ha sido finalista en el premio nacional de poesía “Yolanda Bedregal-2003”, también en el premio nacional de cuento “Bartolomé Arzans y Orzua FIC-2004”. Ha escrito La Intimidad (poesía); Octubre: El Lado Oscuro de la Luna (ensayo político- filosófico); La Memoria Obstinada (narrativa; de pronta aparición). Tiene inéditos los trabajos poéticos: Las Siete Estaciones y El Nombre Que No Olvido; además de un número considerable de artículos de carácter político.


Del libro Morada


al principio
vacío
como
el
mundo
al
principio




mármol señero

erial desierto

grande inmenso

frío
el cuarto
vacío

Vadik Barrón

Nace en la ex URSS, 1976. Desde 1976 reside en Bolivia. Se forma en la ciudad de Oruro y La Paz, donde vive actualmente. Tiene publicado Cuaderno rojo (poemas), y otros inéditos. También cuenta con varias participaciones en suplementos literarios, y un amplio desempeño en el campo teatral y musical.

LIBÉLULA

La libélula es un ángel caído en desgracia
que doma – incansable – el aire arisco.

La libélula es hija del helicóptero y la abeja ,
curiosísima aventura.

Cuando nos presta sus ojos
podemos ver – en el día – las estrellas
que azulean.

Con el más leve sonido ,
en las paredes de yeso
su escasa sombra aterra.

Juan Carlos Ramiro Quiroga

Nace en La Paz el 11 de marzo de 1962. Literato, periodista y padre de familia. Durante mucho tiempo asumió los dictámenes fundamentalistas del Corán. Ahora practica el protestantismo anglosajón, sin estigmas ni exclamaciones.
Hacia 1992 conformó el grupo denominado Los jinetes del Apocalipsis junto con Jorge Campero, Edmundo Mercado, Rubén Vargas y Renato Careaga (compositor). Con ellos edita la revista literaria El Cielo de las Serpientes, publicación sui géneris en la cual se expone por vez primera para el medio boliviano la poesía contemporánea del país.
En 1995 impulsó la creación del Club del café y el ajenjo con Gary Daher y Ariel Pérez. Este concilio concreta el Primer Encuentro de Escritores de Bolivia y Chile en Santiago de Chile, reunión que poco a poco se ha ido consolidando como algo regular. La terna editó la revista Mal menor.
Ha publicado cuatro poemarios: El Pozo de Interminables Líneas: Cámara de Eco (1990), Cámara de Eko o el Pozo de Ariana (1992, reeditado en 2003), Errores Compartidos (1995, junto con Daher y Pérez) e Historia del Ángel (2003). Tiene dos textos inéditos: Turbaciones (de celo) ante la Gran Piedra (1993) y El Primero Amor (2001).
Su poesía está incluida en la Antología de la Poesía Latinoamericana del Siglo XXI (Siglo XXI, México, 1997), de Julio Ortega, compilador. También en Zur Dos. Última poesía latinoamericana. Antología de Pedro Yanko González y Pedro Araya. Paradiso Ediciones, Buenos Aires, 2005. El verbo descerrajado (Antología de poemas en solidaridad con los presos políticos de Chile), Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile, 2005.




VOLADOR HECHO CON EL ASOMBRO DE LOS FLAMENCOS

Ciertos retazos de seda,
algunas pajitas envueltas con hilo de araña
un poco de engrudo
el cordel necesario para sujetarse
mientras el asombro de los flamencos
se recorta en los rojos ponientes.


118

A mi conejita de playboy, Carmiña Mina

Bésame como me besaste anoche
dulce, apretada, con besos de loca
fuerza o volcán o lo que más provoca;
mudos son mis quejidos en la noche:
Ágil me tienes en seguir tu coche
que de un confín a otro término toca
soles y estrellas. Como cualquier boca
en el tálamo virgen, noche a noche,
déjame muerta de amor o de azoros.
Cuando me vieres yacer en tus coros
de ángeles, muda de espanto o herida,
vierte otra vez en mi cáliz tu vino.
Tengo yertos los pies de ir en camino;
¿Fría quedaré o húmida o perdida?

Benjamín Chávez

Benjamín Chávez nació en Santa Cruz de la Sierra en febrero de 1971. Residió por largo tiempo en la ciudad de Oruro donde cursó estudios primarios y secundarios en los colegios Alemán y Americano, graduándose bachiller en 1988. Poco después comenzó a escribir poemas. Su primer libro: Prehistorias del androide, se publicó en 1994, gracias a que obtuvo el Primer Premio en un concurso organizado por la Fundación FEPO de Oruro, responsable de la publicación del suplemento literario El Duende, donde tiempo después, Chávez se incorporará como miembro del consejo editor. En 1999, en edición de autor publica el poemario: Con la misma tijera.

En el 2000 traslada su residencia a la ciudad de La Paz y Plural Editores publica su tercer libro de poemas Santo sin devoción. Dos años más tarde, y en esa misma editorial, publica el extenso poema Y allá en lo alto un pedazo de cielo, que resultara finalista en el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal.

Desde principios del 2003 integra el equipo editor de la revista de literatura La Mariposa Mundial y, en esa condición es co fundador del sello editorial del mismo nombre, donde en el 2004 publica el libro de poemas: Extramuros.

También ha publicado cuentos en revistas y antologías nacionales, además de poemas en revistas del exterior del país. Colabora con diversos medios de prensa.

Ha participado en encuentros de escritores en varios puntos del país, además de Córdoba, Argentina, 2002 y Buenos Aires, Argentina, 2005. Ha leído sus textos en ciclos y presentaciones en Bolivia, Argentina y Uruguay.






Poema número mil para una mujer que jamás leyó ninguno

Después de mil noches anclado en la bahía del correo,
Después de 999 poemas devueltos
En sobres sin abrir,
Te fuiste diluyendo
Como el agua o el viento.
Es que no quisiste perderte en mi bosque
Y rodeaste todos los caminos.
Después de traerte la flamígera espada
Del ángel que custodia el paraíso,
Desenterrar un meteorito
Para compararlo con tus ojos.
Después de la tierra, el sueño
La caída de tres dinastías y un imperio
Te escribo este último poema
Con método de hormiga laboriosa
Cuyo único salario
No pequeño
Será
El sosiego de terminar este desvarío
Con un número redondo como el sol.

Emma Villazón

Nace en Santa Cruz de la Sierra, 1983. Escritora. Lic, en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Actualmente cursa la carrera de Filología Hispanoamericana en la UAGRM. Tiene un poemario terminado que transitoriamente se oculta de la vista del público.


AQUÍ, ENTRE FRUTOS SALVAJES

Dime ciudad,
qué somos entre tus efigies de héroes y tus árboles con serpientes.
Dime tú quién eres, más allá de tu historia de sangre y furiosos jinetes.
Dime, qué hay detrás de tu paisaje de reinados, crímenes y festines.
Dime, quién sabe qué animal fui antes de recorrer tus calles presurosa.
Oh, dime ciudad, que yo entre tus hijos te miro y te miro,
y quizás todo pasar por el mundo sea así:
atarse a la imagen de una plaza con los ojos,
reconocerse parte de un olor dulce con espinas,
ser un poco de río, pradera, niño, pez y violencia.
¡Oh, ciudad de asesinos, pintura de mis recuerdos,
fundida estoy a la raíz de tu aire desconocido!

19 abr 2006

Homero Carvalho

Nace en Santa Cruz, 1957. Ha publicado entre otros libros: Biografía de un otoño, El Rey Ilusión, Seres de Palabras, Territorios invadidos y Ajuste de Cuentos. Y participa de varias antologías nacionales como “Antología del cuento boliviano contemporáneo” “The fatman from La Paz” e Internacionales entre las que se destacan “El nuevo cuento latinoamericano”, Ediciones del norte; "Antología del cuento latinoamericano del siglo XXI", de Julio Ortega, Editorial siglo XXI y "Se habla español", Alfaguara, que reúnen a los mejores narradores iberoamericanos de la actualidad. Ha obtenido, entre otros premios literarios, el Premio Unico Latinoamericano de Cuento, México 1981; Premio Latin American Writers Institute, 1989, New York; el Segundo Premio nacional de Cuento, 1995. Su primera novela Memoria de los espejos mereció el Premio Municipal de Novela en 1995 y está considerada por la crítica especializada como una de las diez mejores novelas de la década de los noventa (La Revista, 6 de septiembre de 1998, año, 1, número 13). Su obra cuentística se halla dispersa en publicaciones literarias dentro y fuera del país, como en el último número (44) de “Hueso Húmero, revista peruana de Literatura. Ha ganado el Premio Nacional de Novela, con "La maquinaria de los secretos" (2008).





IV

Esta puerta
De madera maciza
De vitrales de latón insulado
Soberbios cerrojos de nobles metales
Alucinados en las fraguas toledanas
Conquistó airados mares y esquivas sirenas
Venciendo blancas tormentas andinas
Para alcanzar destino final en un pueblo de la llanura

Opulenta y magnífica
Tuvieron que tumbar la casa
Para lucir la engreída puerta.


Blanca Elena Paz

Nacida en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia en 1953. Es médico veterinario zootecnista, con postgrado en Educación Superior y ejercicio en la docencia universitaria. Se ha desempeñado como Directora Ejecutiva de la Casa Municipal de Cultura “Raúl Otero Reiche” de su ciudad natal. Esencialmente es narradora, aunque también escribe poesía, ensayo y artículo científico.

Ha representado a Bolivia internacionalmente en dos ocasiones: en el Segundo Congreso del Foro Interamericano de Coeducación y Cultura de Paz (Santiago de Chile, del 25 al 30 de octubre de 2004) y en la “Feria Internacional del Libro en Miami” (20- 25 de noviembre de 2002) Miami Dade Community Collage. Wolfson Campus 300 N.E. 2° Avenue (Downtown Miami). Quipus Cultural Foundatión.USA.

Su cuento Historia de Barbero, incluido en Onir: cuentos. Editorial La Hoguera, 2002, ha sido llevado a la pantalla en cortometraje.





ONIDRA

En una ficción de sombras
continúan las galerías de piedra,
quietud en círculos sin variaciones,
sólo un ulular de viento
contornea cúpulas y campanas.

Hemos recitado esta escena
en sucesión de siglos,
simbología onírica
de yelmos, cotas
y hierro forjado.

Se duplican las paredes abovedadas,
las graderías y colgaduras de raso.
¿Por qué, Señor, añoro el retumbe de los cascos
y el destello de chispas
que en la piedra deja la herradura?
Nunca los he visto y los guarda mi recuerdo.

Aguas en reflujo,
acantilados verticales
espuma y moho en las rocas.
¿Qué extraño atavismo es éste que trae el alba?


16 abr 2006

A LOS PARTICIPANTES DEL ENCUENTRO

Confirmamos que el encuentro se realizará del día viernes 21 al lunes 24 de abril, como estaba previsto. Haremos a cada uno de ustedes una llamada telefónica el día lunes 17 con el propósito de confirmar detalles (como horario, forma de trabajo, etc.).

Si no hemos tomado contacto y no han tenido noticias directas, es porque el trabajo de preparación del encuentro próximo demanda más tiempo del previsto.

Hemos sabido que trascendió información de prensa posterior a la selección. Queremos aclarar que la misma no fue emitida por nosotros y que contiene errores y parcialidades, como el artículo de "El diario", La Paz (Bolivia) fechado el 5 de abril de 2006.

Rogamos a Uds. tener de referencia únicamente la información de este sitio y de los e-mails emitidos por el Centro Simón I. Patiño Santa Cruz y/o msantorelli@gmx.de a fin de evitar confusiones o malentendidos.

Saludos cordiales.

14 abr 2006

POEMAS RECIBIDOS / Carlos Vargas Guevara

Textos de Carlos Vargas Guevara (Oruro, 1959). Estudió Sociología y Ciencias de la Comunicación. Publicó: "El folclore en Bolivia", Ediciones Ulises Mexicanos, México (2001), y "Las danzas afrobolivianas", en la revista Cultural de Nuestra América, nro. 32 y 33, número 6 (abril-septiembre, 2001). También tiene varias participaciones en publicaciones digitales.

Ama sua ama llulla ama qhella
No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas flojo.
Consigna quechua

Ésta es la leche que nos alimenta
al succionar ávidos
las repletas tetas de nuestra madre,
es alfabeto, luz y sombra de cada día hasta el fin;
cordón umbilical que ata hombre y comunidad.

En la mar de esas letras que navegan
como capitanes por los ríos de nuestra sangre
nos empapan al nacer
para fincarnos la verdad
de nuestra mirada erguida y veloces nervios.

En ella abrevamos durante la sequía,
en los impasses con que pretenden rendirnos;
a ella volvemos por claridades;
la sabemos firme mástil
donde ondea nuestra esperanza,
y desde ella reiniciamos la marcha por las demandas.

Y como nada impide a los nevados Mallkus
nos obsequien manantiales de vida;
ningún designio y fuerza barrerán nuestro silabario,
su fundamental espíritu de promesa y batalla;
y si dispersaran nuestras cenizas,
ellas irán preñadas por estos signos de fuego:

Ama sua, ama llulla, ama qhella.
―No robes, ni mientas: ¡trabaja!―
Esta es la línea que ahondamos
¡nuestra ante las edades!
y se vuelve cóndor para alzarnos la frente.


POEMAS RECIBIDOS / Aldo R. Medinaceli

Textos de Aldo Ricardo Medinaceli (La Paz, 1982). Inicia su carrera literaria en 1998, en el suplemento "Juventud literaria", de Potosí. Desde 2005 tiene a su cargo la columna "Diverto camaleón", del diario La Prensa. Ha sido finalista del Concurso Nacional de Cuento Franz Tamayo (versión 2005) con el relato corto "Hijos del caos". Cursa el último año de la carrera de literatura en la Universidad Mayor San Andrés. Tiene publicados artículos, cuentos, relatos y poemas en revistas literarias nacionales y también de Chile y Colombia. Actualmente prepara dos libros, uno de relatos y otro de ensayos.

Las últimas caricias de la dama rojo y negro
(a: Blanca Wiethüchter)

Hay caricias, se dijo apenas
mientras dormía
clara, en su infinito universo de sueños

Habían vitrinas
y marcos de espejo, mientras dormía

En un rincón se elevaba
un hilo de seda
colgado de un astro apagado
Y de un gran telar de siete colores
caían hebras de lana ardiente

Tres órbitas
seducían al cuerpo disperso

¿Cuál el camino?
Entre espigas de carne se elevaba un artificio:
carruaje de siglo moderno
Abandonado
inmóvil rojo y negro
sin timonel ni farol
Estático como el tiempo del sueño
ajeno al devenir
lejos del recuerdo

Caminar por el sendero roto,
por un estrecho cadalso de culpas violetas

¿Hacia dónde se dirige
la innombrable utopía,
por qué estrecho zaguán
se desdibuja?

Angustiada sin nombre
sueña que sueña
Y entre piedras se anda
lívida y muda

Ahora asumida
La Mujer se nombra a ella misma
allá donde renacen las caricias robadas
hoy nido de despertares
nicho de placeres quietos

Y tejió ignorando las hebras de seda
eligiendo el ardor de la llama
Y pasó de largo estiradas manos muertas:
(y los brazos renacieron
a espaldas de la viajera)

Porque la muerte vive ardiente
en cada paso extraviado
porque la vida penetra con fuerza
en los ojos de la tejedora

Y la marca del ande que se estampa en La tiniebla
se vive
tal vez
en la muerte muerta que ya no escapa a la nada.