La lectura de poesía boliviana y la presentación del proyecto de lectura en Buenos Aires son nuestra manera de vincular y compartir como lectores dos espacios literarios y creativos que nos son comúnes.
Aunque pese, siguimos creyendo (quizá ahora apenas menos ingenuamente) que es a través de la lectura y la conexión con otros lenguajes artísticos que la poesía encuentra los canales más fuertes de recepción.
Desde este punto de vista, apelamos a R. Barthes cuando expresa que abrir el texto, exponiendo el sistema de su lectura, no sólo es pedir que se lo interprete libremente y, a la vez, mostrar que es posible; sino principalmente, es conducir al reconocimiento de que no hay verdad objetiva o subjetiva de la lectura, sino tan sólo una verdad lúdica que no debe entenderse como distracción.
En el mismo libro en el que el semiólogo francés hace la referencia citada, se pregunta ¿cuántos hombres habrán muerto por un sentido? Y me viene a la mente la trágica imagen de la joven artista Pippa Bacca asesinada en Turquía el año pasado, en el transcurso de su performance "Novias en viaje". Claro, es una asociación por demás amenazante para una simple lectura compartida.
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