quizá qué habrá pasado
ahí
qué siempre habrá
pasado.
Parece
simple, partir de un hecho, una acción consumada. Luego, una idea de ese hecho,
pero siempre el tiempo pasado como sujeto y la acción como circunstancia.
Marcia
Mogro (La Paz, 1956) propone un texto construido no de impresiones, sino de sobreimpresiones;
dos paisajes superpuestos y entramados en la lengua.
Acullicaban???
Preguntarse
por el presente a través de lo que ya no está es un ejercicio casi mudo y solitario. Intentar socializar esa ausencia se siente un
valor que se excluye con otro en un interminable espacio de fragmentación del
sentido.
piensa
en la temporalidad del cuerpo
qué significa esta invasión
esta irrupción brutal de la vida cotidiana
no hay manera de saber qué es lo que está
aconteciendo
El
tiempo se debate entre instancias incomprensibles, como en una planicie con
pendiente que dos nombran a la vez kawéskar
y jetáksor. Las palabras simples
conforman esa planicie y las complejas declinan la pendiente, siempre
contraria.
avasallando
desde la profundidad de una psicosis
encubierta
desde lo cruel desde la ambición fueron secuestrados
encerrados en jaulas
expuestos
desplegados exhibidos
mostrados puestos a la vista lucidos
en las bellas capitales del otro lado del
mundo
en la maravillosa sociedad civilizada estos
indios ignorantes salvajes indocumentados extracomunitarios incultos miserables
indecentes analfabetos mugrientos iletrados
Estados
que describen otros estados. La autora reúne las voces en un discurso polifónico:
cita, nombra, cuenta. Utiliza, como en otras oportunidades, la geografía de la
página y conforma corredores asimétricos donde (expresión de Mónica Velásquez)
“la palabra establece también sus geografías paralelas a la real para elaborar
su dolor”.
selknam soñaba
(evocaba selknam)
selknam decía
selknam pensaba selknam
caminaba selknam
El
poema evoca signos de una cultura rendida. Persiste en rastros de violencia
disuelta en la prepotencia del olvido. Narra a destiempo un viaje de dos, que
en la soledad que propone el paisaje recuerdan -no sin esfuerzo- la dignidad en
estado precario.
como el viento que sopló ayer
así mismo jetáksor
modulación de
la letra
de las gamas bajas jetáksor
de las diversas etapas
el perfecto
sentido
jetáksor
Para
el lector avanzar “Restos de un cielo”, el último libro de Marcia Mogro, podría
asemejarse a hurgar en las notas personales de otro lector. Los hechos se presentan
como voces que reconstruyen la historia.
sin embargo
cada pueblo
sabe
sus cosas
Estas
palabras semiocultas en el margen derecho, arriban a una conclusión
individualista y perversa, dando lugar a un paisaje favorable para el hecho
consumado entre la belleza y la potencia como una maldición venerada por el
tiempo.
La
expresividad de Mogro (Semíramis, 16MG.-,
Los jardines colgantes, De la cruz a la flecha, Lacrimosa, Excavaciones) en este último texto compone un extenso poema que
incita una lectura sin esperas y nos ofrece revisar una guerra que aún hoy
transcurre silenciada en el paisaje de la civilización.
Nota: Reseña libro "Restos de un cielo - partes, vestigios, fragmentos, rastros", de Marcia Mogro.
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